¿Sabías que las águilas se aparean de por vida? ¿Sabías que cuando alcanzan la adultez se enfrentan a una etapa decisiva en sus vidas? ¿Conoces la velocidad máxima que pueden alcanzar estas aves en picado? Aquí, en nuestra guía básica sobre las águilas podrás descubrir todos los aspectos que hacen de estas aves unos animales verdaderamente asombrosos.
Aunque en este artículo nos referiremos a las características comunes de las águilas, debes saber que existen actualmente en nuestro planeta más de sesenta especies conocidas de águilas, entre las que debemos destacar el águila cretilarga, propia del continente africano, el águila milana, de la región asiática, el águila pomo, de origen sudamericano, y el águila marcial y arpía, ambas muy populares por su impresionante tamaño.
No obstante, las dos especies de águilas más conocidas son el águila real y el águila calva, ambas conocidas por su resistencia física y por formar parte de los símbolos nacionales de México y Estados Unidos respectivamente. Finalmente, el águila imperial ibérica, como su nombre lo indica, se distribuye principalmente en la región sudoccidental de España y parte de Portugal.
Lo primero que debemos conocer es que las águilas son aves depredadoras rapaces. ¿Qué significa esto? Pues que cazan utilizando sus potentes picos y garras. Generalmente, el plumaje de las águilas es de un color oscuro, y a diferencia de otras aves, sus patas se presentan forradas de plumas (aves calzadas).
Gracias a sus enormes alas y su envidiable capacidad de visión, las águilas pueden volar a grandes distancias, e incluso, son capaces de reconocer objetos y animales pequeños a más de 2 kilómetros de distancia (se conoce que estas aves poseen una vista tres veces más desarrollada que los humanos).
Cuando un águila detecta a su presa, se abalanza verticalmente hasta alcanzar los 250 kilómetros por hora, un hecho impresionante si tenemos en cuenta que sus pesadas plumas pueden alcanzar el doble de peso de su esqueleto. Respecto a esto último, conocemos que las águilas presentan un marcado dimorfismo sexual, o sea, que las hembras de la especie son mucho más grandes y pesadas que los machos (fuente: InfoAguilas.com).
Por ejemplo, una hembra de águila adulta puede llegar a pesar entre 5 y 7 kilogramos de peso y medir hasta un metro de longitud. El macho, por otra parte, apenas alcanza los cuatro kilos y medio, y raras veces rebasa el metro de largo.
Las águilas son una de las aves más longevas que existen. En promedio, estas aves pueden llegar hasta los setenta años de edad. No obstante, cuando alcanzan los 30 años de vida, acontece una etapa sumamente importante en sus vidas. Tras dejar atrás su juventud, el pico y las garras de las águilas se encuentran extremadamente deterioradas y apenas pueden cazar.
En ese momento, el ejemplar debe decidir entre renovar su cuerpo o morir, y para ello, se retira a un lugar elevado donde golpeará su pico contra las rocas y removerá sus garras y plumaje. Con el tiempo, el pico y las garras habrán crecido nuevamente, mucho más fuertes y poderosos. Este período tan decisivo, les permitirá poder vivir treinta años más (fuente: NationalGeographic.es).
Fuerza y velocidad son las dos variables que permiten a las águilas alimentarse de una gran variedad de presas. Su característica depredadora y carnívora, permite a las águilas alimentarse de pequeños mamíferos, ratones, liebres, palomas, zorros, ardillas, conejos, serpientes, marmotas, pequeños jabalíes, ciervos, cabras, peces, etc. Como curiosidad, cabe mencionar que estas aves también se alimentan de tortugas, y para ello, las atrapan con sus garras y las dejan caer desde una gran altura con el fin de romper su duro caparazón. Al mismo tiempo, las águilas también pueden alimentarse de carroña.
La distribución de las águilas abarca casi todo el planeta. Las subespecies de águilas conocidas pueden encontrarse en regiones distantes como Japón, América del Norte, América del Sur, África, Europa Occidental y parte del Mediterráneo. No obstante, como veremos más adelante, el hábitat de estas hermosas aves se encuentra cada vez más deteriorado por la acción del hombre. Cada ejemplar de águila podrá tener hasta 150 kilómetros cuadrados de territorio.
Como comentábamos en la introducción, las águilas son animales monógamos, lo que en otras palabras significa que se aparean de por vida. Generalmente, la hembra depositará dos huevos por cada puesta (reproducción ovípara), los cuales deberá proteger durante los primeros 45 días. Otro hecho singular al respecto es que, de los dos huevos, siempre sobrevivirá uno (el primero en salir del cascarón), ya sea por la acción de los depredadores o porque los padres así lo han decidido. 50 días después de la puesta, el ejemplar sobreviviente podrá realizar su primer vuelo, y más tarde independizarse completamente de sus padres.
Al encontrarse en la cima de la cadena alimenticia, los depredadores naturales del águila son generalmente otras águilas y halcones, aunque su mayor amenaza es sin duda la destrucción de su hábitat a manos del hombre. La tala indiscriminada de árboles, la urbanización, la contaminación, la caza y el robo de huevos, son algunas de las causas que han llevado a la disminución de las águilas en nuestro planeta. A pesar de que algunas leyes gubernamentales protegen a estas valiosas especies en regiones como México o Estados Unidos, el águila continúa siendo muy vulnerable.